A los niños nos encanta ser los principales protagonistas de todas las actividades y como más aprendemos es a través de la manipulación y la vivencia de experiencias. Por ello, hemos trabajado los alimentos dulces y salados con un taller que nos ha parecido muy divertido.
Tras sentarnos todos juntos, nuestra señorita ha colocado encima de la mesa un papel con sal y otro con azúcar. A primera vista, ¡eran iguales! Hemos visto que los dos eran puntitos muy pequeños, de la misma textura y de color blanco... así que no nos ha quedado más remedio que probarlo. Y... ¡sorpresa! ¡uno era dulce y otro salado!
Después, nos han colocado encima de la mesa diversos alimentos dulces y salados: rosquillas, bollos de leche, jamón, queso, galletas... y tratando de respetar el turno, los hemos ido probando y descubriendo si eran dulces o salados.
¡Ha sido una experiencia deliciosa!
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