Promoviendo la lectura

Desde el aula de dos años, siempre a través del juego, promovemos el gusto por la lectura. Nos aporta múltiples beneficios como la mejora de la expresión, el desarrollo de la imaginación o la disminución de posibles problemas de concentración. Por lo que hemos incorporado a nuestro rincón un divertidísimo circo al que acudimos con nuestro cuento favorito, nos relajamos y nos zambullimos en mil y una aventuras.

¡¡La lectura de un cuento es la fortuna de un niño!!

STOP!

STOP!

Túmbate, cierra los ojos, respira, relájate. Desde el aula de dos años introducimos poco a poco técnicas Mindfulness para mejorar la atención y evitar distracciones, regular las emociones, resolver conflictos o mejorar habilidades prosociales como la paciencia o la alegría. Uno de nuestros momentos favoritos es después del juego en el patio, cuando nos tumbamos tratando de respetar el espacio del compañero, nos relajamos y para terminar buscamos a nuestros amigos para darnos abrazos.

¡¡Todos somos importantes dentro del grupo y tenemos que cuidarnos unos a otros!!

¡¡Detectives en acción!!

Los niños y niñas del aula de dos años a veces nos convertimos en detectives, cogemos nuestra lupa y nos ponemos a investigar e inspeccionar. Esta vez hemos trabajado las partes de la casa: la puerta, las ventanas, el tejado, la chimenea... 

¡No se nos ha escapado nada!

Trabajamos de forma cooperativa

Con el objetivo de fomentar la igualdad y la participación, desarrollar la independencia, potenciar las habilidades sociales o fomentar la autonomía, introducimos desde el aula de dos años el aprendizaje cooperativo. 

Entre todos tenían que llenar la bandeja del fruto que indicara la maestra, pasándosela al compañero de la derecha y respetando turnos. Aunque tenemos que admitir que hemos hecho una pequeña trampa... teníamos un punto rojo en nuestra mano diestra, de esta manera nos ha resultado mucho más sencillo. 

Seguiremos practicando porque aunque seamos pequeños, somos capaces de conseguir todo lo que nos propongamos, pero eso sí... ¡¡Como un gran equipo!!

Para terminar la actividad realizando nuestra propia cesta de frutos del otoño. Tras pintar con pintura marrón y esponja el fondo de la cesta, hemos pegado nueces, almendras y castañas. 

¡¡Ya estamos listos para disfrutar de otro día precioso de otoño!!

¡¡Abracadabra!!

Érase una vez unos niños de dos años que conocieron a un hada mágica, llamada Colorín, que con su varita les enseñó que a través de la lectura se pueden enfrentar a miles de aventuras. 

Gracias a ella, cada niño decidió fabricar la suya propia y ahora podemos afirmar que para viajar lejos no hay nada mejor que una dosis de inocencia, tres de imaginación y un precioso libro.